Diciembre de 2003 - Año No. 2 - Edición No. 8

EL USO DE ALGUNAS ESTRATEGIAS DISCURSIVAS EN EL DISCURSO POLITICO
Por: Silvia Gutierrez Vidrio. UAM Xochimilco

Introducción.

Recientemente, con el desarrollo y la expansión de la electrónica y los medios masivos de comunicación, politólogos y sociólogos han revalorado el papel del lenguaje, y de la comunicación simbólica en general, desde dos ópticas principales: primero, como medio para mantener y regular los sistemas o las comunidades políticas a través del intercambio de información y, segundo, como instrumento de persuasión y ejercicio de la violencia simbólica  asociada con la dominación y explotación política. En el primero caso, el lenguaje provee evidencia empírica de si la comunicación entre gobernados y gobernantes, por ejemplo, se verifica o no y con qué grado de "fidelidad". En el segundo caso, se ve al lenguaje no sólo como medio para la transmisión de información, sino como una manera de actuar sobre un auditorio con fines políticos prácticos. Es más, como el lenguaje representa la principal materialización de la ideología en sentido amplio, funciona no sólo como instrumento con fines políticos particulares, sino como creador y sostén de maneras de pensar, hablar y actuar: o sea, formas de vida y visiones de mundo.

Este reconocimiento de la centralidad del lenguaje en la vida política ha suscitado un  interés creciente  en el análisis del discurso y más específicamente en la argumentación. Dos razones permiten explicar este renovado interés:  primeramente, nuestras sociedades son sociedades marcadas, en diversos aspectos de la práctica social,  por los medios de comunicación. Estos se caracterizan por desarrollar una peculiar retórica publicitaria que combina en diferentes proporciones la argumentación con las técnicas de manipulación y seducción.  Además, nuestras culturas ya no reconocen verdades o valores absolutos y se han convertido en gigantescos “mercados simbólicos” donde las más diversas y encontradas propuestas ideológicas compiten entre sí por mantener o conquistar adeptos  (Giménez 1989).

Frente a esta violencia simbólica generalizada que tiende a imponer (por vía de la argumentación persuasiva) productos de consumo, visiones del mundo y modelos de comportamiento, se plantea la necesidad de desarrollar un pensamiento crítico que permita descodificar las operaciones retórico- publicitarias.

Este  reconocimiento de la centralidad del discurso en la vida social ha contribuido a que el campo del análisis del discurso sea un área de conocimiento fundamental para la formación de toda persona interesada en los problemas políticos y sociales.  En el caso de los profesionales del periodismo y la comunicación social esta necesidad es más patente, ya que el manejo de diferentes técnicas refinadas de análisis del discurso les puede facilitar el acceso a un desarrollo de capacidades interpretativas y, por ende, críticas.

Además, hay que recordar que los discursos casi siempre se producen y se reciben en el seno de una o más instituciones sociales que determinan tanto el contenido, como la forma del mensaje, además de la recepción del mismo. También el medio técnico de transmisión influye de manera importante tanto en la producción como en la recepción: piensese en la comunicación cara a cara en comparación con la televisiva, por ejemplo (Cf. Thompson 1993). Así, relacionando el discurso con el contexto de emisión y de recepción, puede el investigador llegar a una interpretación más profunda de algunos fenómenos políticos y sociales. En lugar de limitarse a la descripción de políticas y programas, por ejemplo, el análisis del discurso permite descubrir los valores y las representaciones de la realidad en el discurso público.

Tomando en cuenta la necesidad de la construcción de un pensamiento crítico  el propósito de esta ponencia es mostrar el uso de ciertas estrategias lingüísticas, retóricas y  argumentativas que se ponen en juego en la enunciación política encaminadas al mantenimiento del ejercicio del poder.

En la producción discursiva de algunos políticos  se presenta, con gran frecuencia, el uso de procedimientos incitativos  tales como: la construcción simbólica del colectivo de identificación y de meta-colectivos singulares, la presentación  de la imagen negativa del adversario,  la inclusión de narraciones ejemplificadoras, el uso de formas nominalizadas para mantener un ritmo discursivo, por mencionar algunos.

Luego de explicar estos mecanismos proporcionaré  ejemplos de su uso estratégico para  mostrar  la intencionalidad de los mismos, la movilización que se hace del sentido y su función en el manejo del imaginario político. Los ejemplos serán retomados de la producción discursiva del presidente mexicano Vicente Fox, sobre el tema de  los indígenas y  la marcha zapatista.

El marco metodológico

Existen diferentes propuestas metodológicas que son útiles para el análisis del discurso político[1] y que implican diferentes técnicas. Ya que una característica predominante del discurso político es el predominio de la función argumentativa, el análisis argumentativo  ha sido reconocido como una propuesta útil para el estudio  de este género discursivo.

Dado que lo que me interesa resaltar en este trabajo son las estrategias arriba mencionadas, para el análisis del corpus seleccionado he incorporado en el  análisis argumentativo  algunos de los planteamientos de Eliseo Verón en torno al discurso político (Verón 1987) y los modos de operación de la ideología que propone Thompson (1993).

De acuerdo a Verón  todo acto de enunciación política supone necesariamente la existencia de otros actos de enunciación, reales o posibles, opuestos al propio; dicho en otros palabras existe un dialogismo virtual. En cierto modo, todo acto de enunciación política a la vez es una réplica y supone (o anticipa) una réplica Verón 1987:16).  Siguiendo a este autor se puede afirmar que  el imaginario político supone la existencia de tres destinatarios: un destinatario positivo o prodestinatario un destinatario negativo o contra-destinatario y un tercer tipo de destinatario: el paradestinatario.

El lazo que une al enunciador político con su destinatario positivo o prodestinatario se ubica en la creencia presupuesta; es decir,  el enunciador dirige su discurso a un receptor que participa de las mismas ideas, que se adhiere a los mismos valores y persigue los mismos objetivos, es antes que nada un partidiario. La relación entre el enunciador y el prodestinatario cobra, en el discurso político, la forma característica de una entidad que Verón denomina colectivo de identificación.

El destinatario negativo o contradestinatario está excluido del colectivo de identificación. El lazo con éste reposa en la hipótesis de una inversión de la creencia: lo que es verdadero para el enunciador es falso para el contradestinatario e inversamente; o bien, lo que es sinceridad para el enunciador es mala fe para el contradestinatario, etcetera.

El tercer tipo de destinatario, ese “tercer hombre” resulta de una característica estructural del campo político en las democracias parlamentarias occidentales, a saber, la presencia de sectores de la ciudadanía que se mantienen, en cierto modo, “fuera del juego”, y que en los procesos electorales, son identificados habitualmente como los “indecisos”[2]. La posición de los “indecisos” tiene, en el discurso político, el carácter de una hipótesis de suspensión de la creencia. Al paradestinatario va dirigido todo lo que en el discurso político es del orden de la persuasión (Verón 1987: 17).

Ya que una característica fundamental del discurso político es el predominio de la función argumentativa es preciso señalar que la argumentación está ligada a la lógica de la experiencia, la cual si bien puede estar basada en hechos observables, está también ligada a un mundo de valores y de creencias, a una ideología, que depende de la cultura de cada comunidad de hablantes y que cobra su valor de verosimilitud en el marco de cada grupo sociocultural (Calsamiglia y Tusón 1999: 295). Partiendo de esta premisa  considero que el análisis del discurso político  debe tener por fin no solo descubrir las cadenas de razonamiento a través de las cuáles el orador construye una argumentación sino también descubrir o descifrar los valores a los cuales hace referencia y por lo tanto a la ideología en la que está sustentada. 

Desde esta línea de reflexión, otra cuestión que quiero destacar son los modos generales de operación de la ideología y las formas en que éstos se pueden vincular con ciertas estrategias de construcción simbólica y más específicamente con ciertas estrategias argumentativas. Aunque todavía queda por realizarse una investigación, más profunda, sobre la manera en que la ideología opera en ciertas condiciones socio-históricas específicas, ciertas modalidades de su funcionamiento  han sido identificadas. Por ejemplo, Thompson[3] distingue cinco modos de operación de la ideología: la legitimación, la disimulación, la unificación, la fragmentación y la reificación o cosificación  (1993, 66-73).

Thompson también presenta algunas de las maneras en que dichos modos se pueden vincular con diversas estrategias de construcción simbólica. En el siguiente cuadro están presentados los modos generales de operación de la ideología y algunas de sus estrategias típicas.

Modos de operación de la ideología

Modos generales

Algunas estrategias típicas de la operación simbólica.

Legitimación

Racionalización

Universalización

Narrativización

Simulación

Sustitución

Eufemización

Tropo

Unificación

Estandarización

Simbolización de unidad

Fragmentación

Diferenciación

Expurgación del otro

Cosificación

Naturalización

Eternalización

Nominalización/pasivización

 

La coyuntura política.

Dado que el discurso político, considerado como práctica social, es enunciado en un contexto histórico específico  antes de presentar el análisis de las estrategias discursivas utilizadas en la  producción discursiva del presidente Fox, sobre el tema de  los indígenas y  la marcha zapatista, es necesario proporcionar un breve recuento de la coyuntura política en la que se enmarcan dichos discursos.

Desde su campaña electoral para llegar a la presidencia Vicente Fox había hecho el compromiso de resolver el problema indígena y lograr la paz en Chiapas. El día que tomó posesión como presidente de la República, Fox se comprometió a trabajar para lograr la paz en Chiapas, un día después el EZLN planteó tres condiciones para regresar a la mesa de negociaciones de paz con el gobierno federal.

Para mostrar su disposición para promover la paz en Chiapas y estar en contacto con los indígenas, Vicente Fox instrumentó, desde su llegada a la presidencia, una oficina que se encargaría de atender los asuntos indígenas a cargo de Xochitl Gálvez y nombró a Luis H Álvarez como el nuevo Comisionado para la paz en Chiapas.

Al reaparecer el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) en el escenario político nacional[4], Fox no desaprovechó la oportunidad para tomarlo como bandera y presentarse ante la opinión pública como un presidente comprometido con la paz en  Chiapas. Fox promovió al EZLN como los representantes de todos los pueblos indígenas, al afirmar que si el EZLN firmaba la paz se lograría integrar al desarrollo a todos los pueblos étnicos del país.

El 24 de febrero (fecha simbólica en la que se conmemora el día de bandera nacional)  los comandantes zapatistas, acompañados por un gran número de seguidores y observadores, iniciaron su marcha hacia la capital del país entregando las armas en un acto simbólico.  La marcha culminó con la entrada  de los comandantes del EZLN y toda su comitiva a la Ciudad de México el 8 de marzo.

En el lapso de tiempo que duró la marcha  y la estancia de los representates del EZLN en la Ciudad de México, el presidente Fox emitió una serie de discursos, la mayoría de ellos transmitidos por  radio y televisión en red nacional  que tenían como tema central el problema indígena y la paz en Chiapas[5].

El Análisis

Una primera estrategia  detectada en el análisis del corpus  es el uso de los exordios[6], es decir, la manera en que el enunciador  se dirige a sus receptores para llamar su atención y ganar su simpatía. El exordio es fático por definición ya que es utilizado para captar y mantener la comunicación, pero es incitativo en su forma, debido a que su fin es lograr que el receptor se sienta involucrado y lleve a cabo una acción . Como señala Reboul “el exordio confiere al que habla el derecho a hacerse oír, y tiene por corolario el deber de los otros de escuchar (1986: 160). Tienen un carácter ritual y dependen de un código que  no es lingüístico sino ideológico, puesto que está al servicio de un poder. Se puede distinguir el carácter ideológico del exordio según la fórmula inicial que utiliza, y que puede ser repetida a todo lo largo del discurso.

En el caso del discurso de Fox una primera cuestión que habría que señalar es que contrariamente a lo que otros presidentes mexicanos hacían, Fox utiliza formas diferentes de dirigirse  y de captar la atención de su audiencia. Por ejemplo la formula “Amigos, amigas”  que ha venido utilizando desde su campaña a la presidencia, que al principio pudo haber sido calificada como un exordio insólito pero que ahora ya está naturalizado, es un rasgo distintivo de su producción discursiva.  Es precisamente este tipo de interpelación la que se encuentra en el discurso del  23 de febrero de 2001. Fox  inicia así su mensaje:

Buenas noches amigas y amigos, esta es la hora de los hermanos indígenas, es la hora de la paz, si todos queremos la paz, la paz llegará pronto, si la verdadera lucha es por los derechos y por la reivindicación de nuestros indígenas, estamos en la misma lucha.

 

Esta manera de dirigirse a su audiencia es utilizada cuando Fox quiere dar la imagen de que tiene un acercamiento con la población y de ser  un presidente democrático que no discrimina a ningún género y que está cercano a su pueblo; esta manera cálida y coloquial de dirigirse a su audiencia lo hace presentarse al mismo nivel que su audiencia, no sólo habla como presidente sino como un amigo.  

Pero este tipo de exordio, en el caso de sus discursos sobre los indígenas y la marcha zapatista, no siempre es utilizado. Esto indica que existe una estrategia que calcula cuál es la forma más conveniente de dirigirse a su audiencia para captar su atención y hacer que lo escuchen, dependiendo de los fines que persigue. Por ejemplo en su discurso del  2 de marzo utiliza la siguiente fórmula:

Buenas noches desde Oaxaca y con el bastón de mando de esta hermosa ciudad, saludo con cariño, admiración y con un enorme gusto, a mis hermanas y hermanos indígenas de todas las regiones de México. Particularmente, saludo a todas las comunidades que hoy se congregan en Nurio, Michoacán para celebrar el III Congreso Nacional Indígena.

 

En este caso sus interlocutores explícitos son los indígenas a los que llama “hermanos y hermanas indígenas” y  las “comunidades indígenas” reunidas en el Congreso Indígena. Aquí un aspecto importante a resaltar es que lo hace desde Oaxaca y con el bastón de mando de esa ciudad.

En el discurso del  20 de marzo del 2001  utiliza otra estrategia que tiene como fin hacer participe  a su auditorio a todos los que escuchen su  mensaje de lo que va a enunciar: que él ha puesto de su parte todo  el esfuerzo por lograr la paz. Además de dirigirse a todos, los involucra poniéndolos  como testigos de sus acciones:

“Muy buenas tardes. Todos ustedes han sido testigos, todos los ciudadanos de nuestra voluntad absoluta para alcanzar la paz en Chiapas”.

Para entender el giro discursivo de su exordio es necesario mencionar que unos días antes el subcomandante Marcos había expuesto ante los medios que el gobierno no mostraba pruebas de que estuviera abierto al diálogo   y que por lo tanto abandonarían la capital.  Es por eso que después del exordio  Fox enuncia las acciones que el gobierno ha realizado como prueba de su disposición al diálogo[7]:

Hemos extendido nuestra mano y hemos dado la bienvenida a la marcha del EZLN, en todo momento hemos cumplido nuestra palabra de que este movimiento será respetado.

 

 En el último mensaje ( 21 de marzo del 2001) la estrategia es diferente ya que es este caso sus interlocutores no son solo sus “amigas y amigos”, ni sus “hermanas y hermanos indígenas” sino   todos aquellos representantes federales que estaban reunidos en Palacio Nacional para celebrar el natalicio de Benito Juárez acto  que aprovecha para retomar el tema de los indígenas.

Señor Presidente de la Mesa Directiva del Congreso de la Unión y de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, Representante de la Mesa Directiva de la Cámara de Senadores, Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Miembros compañeros del Gabinete, Ciudadanas, ciudadanos; Señores, señoras:

 

En este discurso Fox recupera un sentido histórico, tradicional de los discursos de los anteriores presidentes de la República que se presentaban como los herederos de los ideales de la revolución, la reforma y el devenir de la historia. Fox retoma elementos históricos para hacerlos coincidir con el presente que él  está construyendo.

Regresando al discurso del 23 de febrero quisiera señalar que en este texto al dirigirse a los indígenas hace mención de ellos como parte de un pasado olvidado por la mayoría de los mexicanos, un pasado que ahora él como presidente ha redescubierto y se dirige a ellos de manera particular porque ahora son una prioridad para su gobierno.

El redescubrimiento de este pasado olvidado y la posibilidad de la reconciliación son  posibles para Fox porque:

El dos de julio pasado, México vivió un gran cambio, un cambio democrático, el tiempo del cambio es también el tiempo de la reconciliación, por eso hoy los mexicanos y las mexicanas les damos la bienvenida a la marcha zapatista, a la marcha por la paz, esta será una oportunidad de encuentro, de diálogo, de participación, de suma de esfuerzos, sólo el diálogo y la negociación permitirán una salida honorable, digna y justa para todos.

El concepto de cambio en este discurso  es manejado por Fox como una nueva etapa de la historia de México; la promesa de cambio hecha durante su campaña electoral es retomada como un elemento histórico para  situarse en el aquí y el ahora.

Ahora presentaré cómo el enunciador, en este caso el presidente Fox, construye el metacolectivo de identificación, es decir cómo construye ese “nosotros” colectivo o prodestinatario  y también cómo construye el metacolectivo o paradestinatario “ustedes”.

 

Colectivo de identificación

Nosotros (prodestinatario)

Meta Colectivo

Ustedes (Paradestiantario)

 “estamos en la misma lucha”.

“esta es la hora de los hermanos indígenas”

 

“Hoy los mexicanos y mexicanas les damos la bienvenida...”

“La reivindicación de los pueblos indígenas...”

 

“Todos y todas estamos poniendo nuestro mejor esfuerzo...”

“Son ustedes hermanos y hermanas indígenas la más alta prioridad para este gobierno...”

 

Los mexicanos queremos privilegiar el diálogo sobre la violencia, y el entendimiento sobre el rencor.

“Desde ahora siempre un México con ustedes las y los indígenas.”

 

Ha quedado de manifiesto en cada uno de los puntos del recorrido de la Marcha por la Paz, que los mexicanos y mexicanas anhelamos un país de oportunidades para todos

 

 

Por medio de la construcción de este colectivo de identificación, Fox quiere lograr involucrar a toda la población  en la resolución del problema indígena, no es sólo él quien da la bienvenida a los zapatistas y está haciendo un esfuerzo sino todos los mexicanos(as). A su vez los indígenas se convierten en su paradestinatario, aquellos a los que quiere persuadir de su decisión de lograr la paz.

Es importante resaltar que en los discursos que emitió sobre la marcha zapatista no aparece  la construcción de su contradestintario, es decir de su adversario; cuestión que llama mucho la atención ya que en el caso de la producción discursiva del ex presidente Zedillo los zapatistas eran siempre, en términos enunciativos, sus contradestinatarios, aquellos con los que no había un acuerdo ideológico y a los que nunca considero como interlocutores legítimos. 

En su discurso del 2 de marzo de 2001 lo que más llama la atención es que Fox se presenta a sí mismo, como un líder social comprometido por la causa de los indígenas, como “el salvador” que logrará incorporar a los indígenas al México moderno. 

El siguiente cuadro retoma algunos de los enunciados en los que proyecta esta imagen:

Yo enunciador

 

  • Les doy mi palabra, de que su movimiento pacífico será respetado hemos impulsado una serie de programas que habrán de tener un beneficio directo

  • Hoy, ratifico mi compromiso con la reconciliación, y reitero mi absoluta disposición a trabajar por la paz.

 

  • A las comunidades indígenas de todo el país les digo con toda humildad y respeto: tengan la seguridad que los que en el pasado hemos sufrido persecuciones y ataques de un sistema autoritario, entendemos que no es con represión o intolerancia como se construye una Nación fuerte.

 

·         El Presidente de México hará todo lo que esté de su parte, todo lo que sea necesario para que esta paz sea una realidad.

·         Mi Gobierno, también, reconoce que los pueblos indígenas de Chiapas, también, merecen la atención y el compromiso de las autoridades y de la sociedad mexicana

·         Estamos listos para dar pasos definitivos hacia la paz y continuar dialogando con los zapatistas.

  • Sabemos que los pueblos indios desean preservar su sentido de pertenencia, es mi convicción que su reclamó es compatible con nuestro carácter nacional y con la propia norma constitucional.

 

·         este Gobierno hace suyas las legítimas aspiraciones de los indígenas de México

·         tenemos un compromiso frente a los 100 millones de mexicanos y mexicanas que demandan un país en paz.

 

Tanto la promesa del cambio como el presentarse como el posible salvador de la causa de los indígenas  hacen pensar en un tipo de ejercicio del poder que siguiendo a Foucault (1988) se podría caracterizar como  un poder pastoral[8] .

El discurso del 21 de marzo es de gran interés ya que el tema central o el objeto discursivo es la vida de Benito Juárez[9] y las analogías que hace con el presente y  con el movimiento indigenista. Es interesante observar cómo en su discurso va narrando la vida de Juárez, pero en lugar de ser una narración con un inicio y un fin, Fox va intercalando en algunos fragmentos del relato ciertas evaluaciones o moralejas. Este tipo de narraciones en donde se reconstruye la historia son importantes porque en ellas aparece un componente axiológico o evaluativo. Aquí lo que es importante siguiendo el esquema de van Dijk (1980) para el análisis de la superestructura narrativa, es la evaluación o moraleja que el enunciador  saca del relato. En mi opinión este tipo de narraciones tienen que ver con lo que van Dijk (199 :306) denomina como creencias evaluativas (opiniones, actitudes), las cuales contienen  un componente evaluativo o axiológico que resulta interesante cuando se analiza la naturaleza ideológica del discurso. Veamos algunos ejemplos:

Relato                                                                           Evaluación o moraleja

Es sin duda de admirar la forma en que Juárez, pese a todas las dificultades que encontró a su paso, se abrió camino desde sus muy modestos orígenes en Guelatao, hasta la Presidencia de la República, venciendo con una firmeza sencilla pero indeclinable no sólo la falta de oportunidades, sino todo tipo de discriminaciones

 

 

Juárez es un ejemplo único de fuerza de voluntad para todos nosotros y especialmente para nuestras chiquillas y chiquillos. Es un ejemplo de esa fortaleza para superarse personalmente.

[SGV1] 

 

De este fragmento de la narración Fox resalta la enseñanza que nos dejó Juárez, enseñanza que puede servir para salir adelante a la juventud a “nuestras chiquillas y chiquillos”.

Relato                                                                           Evaluación o moraleja

Este indio audaz, nace en un pueblo pequeño. Con libertad de espíritu, con orgullo de raza pero con visión de nación y amor a los suyos deja su comunidad y llega a Presidente.

 

 

 

Este es el espíritu que queremos promover y ver en cada comunidad: el espíritu de superación, el espíritu de integración para lograr el progreso del bienestar.

Sin duda es un ejemplo a seguir para todos nuestros hermanos y hermanas indígenas y para todos los mexicanos y mexicanas. [SGV2] 

 

Aquí Fox utiliza este fragmento para retomar el tema de los indígenas:  Este día en el que conmemoramos el natalicio de este héroe de todos los mexicanos y mexicanas, es propio recordar que nuestro origen está indisolublemente ligado a la tradición y a la cultura indígenas”.

Lo más importante de este discurso es la recuperación que hace Fox de la historia y  la analogía implícita que hace entre la época de Juárez- La Reforma y la actual y entre Juárez y él, así se presenta como un nuevo héroe digno de ser comparado con  él. “En una democracia que ha iniciado su consolidación, no tienen utilidad aquellas actitudes en las que se expresa el terrible dilema del todo o nada”.

Finalmente quiero presentar   la manera en Fox que moviliza el sentido al servicio de un poder[10] en sus discursos, es decir la manera en que opera su ideología. Retomando la propuesta de Thompson,  he distinguido en algunos de los enunciados de Fox los diferentes  modos de operación  de la ideología.

 

Modus operandi

Argumentos

 

Unificación

Las relaciones de poder pueden ser establecidas y sostenidas al construir, en el nivel simbólico, una forma de unidad que abarca a todos los individuos de una identidad colectiva, a pesar de las diferencias y divisiones que pueden separarlos.

·         Todos estamos haciendo de México una gran nación”

·         El trabajo cotidiano que todos estamos realizando para salir adelante

·         Seamos artífices de una paz pronta y duradera

·         Abramos todos el corazón a la paz (21 marzo)

·         Benito Juárez es el mexicano más universal de nuestra  historia....Su figura forma parte del pasado común que nos une y que nos convoca  (21 de marzo).

 

Cosificación

La ideología puede operar al representar un estado de cosas transitorio e histórico como si fuera permanente, natural y atemporal.

·         El dos de julio pasado, México vivió un gran cambio, un cambio democrático, el tiempo del cambio es también el tiempo de la reconciliación...,

·         El cambio político no obliga a la ruptura con nuestra historia, se equivocan quienes lo supongan.

Simulación

Las relaciones de poder se pueden establecer y sostener al ocultarse, negarse, o disimularse, o al representarse de una manera que desvíe la atención o que oculte las relaciones o procesos existentes. 

·         Juárez nos recuerda también que el mestizaje es fundamento de la unidad nacional

·         Mi Gobierno, también, reconoce que los pueblos indígenas de Chiapas, también, merecen la atención y el compromiso de las autoridades y de la sociedad mexicana

Legitimación

Un sistema de dominación puede ser mantenido,  al ser representado como legítimo, es decir, como un sistema que es justo y digno de apoyo. Esta legitimación se logra a través de apelar a fundamentos racionales, tradicionales o carismáticos.

·         “Juárez es un ejemplo único de fuerza de voluntad para todos nosotros y especialmente para nuestros chiquillos y chiquillas.

·         En una democracia que ha iniciado su consolidación, no tienen utilidad aquellas actitudes en las que se expresa el terrible dilema del todo o nada

 

Es importante señalar que la identificación de estos modos de operación de la ideología nos permiten ver las formas en que opera el  significado en la construcción de estrategias simbólicas. Lo que resalta en el cuadro es cómo en términos de modos de operación de la ideología lo que más predomina, es esta producción discursiva de Fox,  es la unificación y la legitimación. La fragmentación con su máxima “divide y vencerás”, característica de muchos discursos políticos, no está presente en este hábeas y tampoco aparece con mucha frecuencia la simulación, esto se puede interpretar tomando en cuenta las estrategias antes mencionadas que están dirigidas a lograr la credibilidad de su compromiso de lograr la paz en Chiapas.

A manera de conclusión

Aunque en este trabajo se han presentado solo algunos ejemplos de lo que se podría trabajar en un análisis de discurso político, quisiera volver a resaltar la utilidad de este tipo de análisis. Con relación al tema de la democracia es importante llevar a cabo análisis este tipo para mostrar si esa democracia a la que muchas veces se alude en los discursos se da en las acciones o solo en el plano discursivo. En el caso de Fox podría señalar que la estrategia discusiva que sigue en los discursos analizados  tiene una organización tal que lo presenta como un presidente comprometido, un representante que está cercano a sus representados, que les habla con un lenguaje sencillo y cálido, que toma en cuenta sus demandas, que está dispuesto a lograr la paz. Sin embargo, a ya casi dos años de la marcha de los zapatistas el problema indígena no ha sido resuelto, la iniciativa de ley que inicialmente se propuso sufrió tantas modificaciones antes de ser aprobada que los indígenas  ya no se reconocen en ella. Podemos ver un claro alejamiento entre las palabras y las acciones, es decir entre el discurso y la acción política. Pero como señala Ansart “ la vida política se desenvuelve permanentemente en ambos planos: el de las acciones y el del discurso. La producción ideológica no cesa de acompañar la totalidad de tareas, tentativas y decisiones (1983:9). Es precisamente esto lo que la población actualmente reclama a Fox, no solamente quiere discursos sino acciones concretas que sean una prueba del cambio hacia una sociedad democrática.

 

Bibliografía

Ansart, P., (1993) Ideología, conflictos y poder, Premiá Editora, México,.

 

Beristáin,  H.,(1988) Diccionario de Retórica y Poética, Editorial Porrúa, México. 

 

Calsamiglia Helena y Tusón Amparo (1999) Las cosas del decir. Manual de análisis del discurso, Ariel, Barcelona.

 

Foucault, M., “El sujeto y el poder” en Dreyfus H.L y Rabinow, P. Michel Foucault: más allá del estructuralismo y la hermenéutica, UNAM, México, 1988.

 

Giménez, G.; (1989) "Discusión actual sobre la argumentación", Discurso. Cuadernos de Teoría y Análisis, No. 10, C.C.H., UNAM, México.

 

Gutiérrez, S. (1996) El análisis del discurso neoconservador de R. Reagan, Tesis de doctorado, Universidad Nacional Autónoma de México.

 

Gutiérrez, S. (1997) “Del discurso a la ideología: un análisis de dos editoriales”                                                  en Anuario de Investigación del Departamento de Educación y Comunicación, UAM-Xochimilco, México.

Gutiérrez, S. (2000) “El discurso político. Reflexiones Teórico metodológicas, Revista Versión. Estudios de Comunicación y política, UAM, Xochimilco, México.

Reboul, O. ( 1986) Lenguaje e ideología, F.C.E., México, 1986.

 

Thompson, J. B., (1993) Ideología y cultura moderna, UAM-Xochimilco, México.

 

Verón, E. ( 1987) “La palabra adversativa. Observaciones sobre la enunciación política”, en Verón  E., et al. El discurso político, Hachette, Buenos Aires.



[1] Sobre este tema véase mi artículo  Gutiérrez S. “El discurso Político. Reflexiones teórico-metodológicas”, Versión No. 10, UAM-X, 2000.

[2] En el caso del proceso electoral que llevó a Fox al poder fueron finalmente estos indecisos,  que tenían “suspendida su creencia” los que definieron la votación.

[3] En su libro Ideología (1997) Eagleton dedica un capítulo al tema de las estrategias ideológicas. Algunas de las estrategias que señala coinciden con las que propone Thompson.

[4] El EZLN volvió a ser tema de la agenda de los medios a partir del 30 de noviembre del 2000 fecha en que  los medios dan a conocer una carta  que dirigió el EZLN al presidente Ernesto Zedillo a quien acusó de optar por la guerra en vez de promover la pacificación del estado, en ese documento también anunció que el día 2 de diciembre daría a conocer su postura ante el nuevo presidente de la República.

[5] Los discursos utilizados para el análisis son cuatro, emitidos en las siguientes fechas: 23 de febrero, 2, 20 y 21 de marzo del 20001.

[6] El exordio lo constituyen las palabras iniciales que anteceden al comienzo de una obra para introducir el tema.  Su objetivo consiste en influir en el receptor, es decir, en despertar su atención y seducirlo, en ganar su simpatía hacia el asunto del discurso  (Beristáin, 1988 : 204).

[7]El los enuncia como los hechos concretos que él está realizando:  1)Hago un llamado al Congreso de la Unión para que encuentre los espacios y las formas para recibir y escuchar al EZLN, 2) Es nuestro deseo que el diálogo  prospere para apoyar la aprobación de la reforma constitucional que garantice que los pueblos indígenas nunca más serían olvidados, 3) Estoy dando  instrucciones para liberar los presos y 4) Estoy procediendo a emitir un decreto para transformar las instalaciones militare de...en centro para el desarrollo de las comunidades indígenas y 5) Estoy enviando una carta al subcomandante Marcos para que tengamos un encuentro antes de su retorno a Chiapas.

[8] Para una interpretación de como ejerce Fox este tipo de poder véase la tesis de Maestría de Edna Becerril titulada “La ritualización del discurso político: análisis de la estrategia discursiva de Vicente Fox en el marco de la marcha zapatista”.

[9] Llama mucho la atención que Fox como panista haga una recuperación de la imagen de Benito Juárez y lo presente como el símbolo de unión de todos los mexicanos como un símbolo que borra las diferencias partidistas e ideológicas.

[10] Para Thompson (1993)estudiar la ideología significa analizar las formas en las que el significado es movilizado para mantener ciertas relaciones de poder  .

 

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