Octubre de 2004 - Año No. 2 - Edición No. 11

 

 

Contenido

 

 

INICIO
EDITORIAL
Glifosato Vs. Parques naturales
OPINIÓN
 
POLÍTICA
¿El pueblo cubano está preparado para un cambio político?
ECONOMÍA
Globalización y neoliberalismo: señuelos de la modernidad para los países subdesarrollados.
JURÍDICA
Contratos del comercio electrónico y teoría de conjuntos contractuales

FILOSOFÍA

El Utilitarismo, una incoherencia a medias
El compromiso moral
CIUDAD OCULTA
Presentación
El taxista barranquillero
Barranquilla. Un caso de baja autoestima
Mi lindo Quito
 
QUIÉNES SOMOS
MISIÓN
VISIÓN
REGLAMENTO DE PUBLICACIONES
 
PUBLICAR
EDICIONES ANTERIORES
EVENTOS
 
CONTACTO

 

OPINIÓN

 

EL SILENCIO DE UN ACADÉMICO: CORREA D’ANDREIS, otra prueba de intolerancia.

 

Roberto Jesús Camargo Payares
Director Revista Publiensayos . Colombia. (22 años)

 

Con gran horror la comunidad académica costeña conoció el viernes 17 de septiembre de 2004, el homicidio del sociólogo e investigador barranquillero Alfredo Correa D’andreis, como una prueba mas de la intolerancia que abunda en nuestra sociedad agobiada por el crimen en todos los niveles.

Dedicado a la denuncia de la injusticia social, la inequidad, la pobreza, el abuso y la violación de los derechos humanos, Correa D’andreis encontró en la desesperanza de las clases sociales marginadas su objeto científico de estudio y su mas empedernida lucha.

Detenido en contra de todos los principios rectores del derecho procesal penal, acusado de rebelión, por el Departamento Administrativo de Seguridad (DAS) quien basó la orden de detención en tres testimonios idénticos -exactamente con los mismos puntos y comas- de reinsertados indocumentados, permaneció alrededor de un mes en la ciudad de Cartagena de Indias, capital del Departamento de Bolívar -al norte de Colombia-; vivió de cerca la discriminación del mismo Estado por su peculiar forma de pensar diferente. Hecho este que en definitiva marcó su muerte: una enorme pérdida para su familia, y una invaluable privación para la comunidad académica existente, junto a la que pretendemos conformar con jóvenes participativos e inquietos por el conocimiento, y un cúmulo de ideales progresistas que no tendrán el placer de escucharlo en una de sus famosas clases en la Universidad del Norte o Simón Bolívar. Los que tuvimos el placer de verlo caminar por los pasillos, hablar con él, y participar en sus clases, conocemos la magnitud de su muerte.

Sin embargo, este es sólo un ejemplo de las arbitrariedades que cometen nuestras autoridades; mas de diez personas capturadas bajo las mismas circunstancias, presentadas ante el país como guerrilleros, y luego de algunos días puestos en libertad por falta de pruebas, han sido asesinadas a sangre fría, muchos de ellos, luego de ser torturados (Revista Semana).

Triste es saber que en Colombia todo el que piensa diferente, el que denuncia con vehemencia la injusticia, el que no está de acuerdo con los líderes políticos y económicos de este país, es guerrillero. Luego entonces, resulta ser mas efectivo ser criminal, secuestrar por años a inocentes, asesinar al que se me de la regalada gana por no pensar como yo, vivir en la reinante impunidad, y sentarse en las erradamente llamadas “mesas de negociación” para lograr el “perdón y el olvido” de un Estado que patrocina la violación a los derechos humanos y de propiedad, a través de supuestas leyes de verdad, justicia y reparación (que mas bien es de mentiras, injusticia y no extradición), mientras que las familias de las victimas reclaman por una verdadera justicia.

Que lastima que los intelectuales de este país que acuden al tanque del pensamiento para construir nación, terminen en el pavimento, baleados y bañados en su propia sangre a manos del tanque de la violencia, la intolerancia, el paramilitarismo y el narcotráfico, aunados con una fuerza indestructible.

Jóvenes estudiantes y profesionales colombianos y del mundo, despertemos! En la persistencia del pensamiento y las ideas, en su difusión y masificación está la manera de lograr que algún día los argumentos puedan vincular mas que la coacción y la fuerza, que podamos insertar la tolerancia a nuestro actuar, para que definitivamente erradiquemos la violencia de este planeta. Recordemos que las revoluciones liberal y socialista y en general todas las revoluciones del mundo, no se lograron sino con la masificación de estas ideas al interior de las sociedades.  O ¿dónde ha quedado la enseñanza cómo filósofos y los grandes pensadores de la calidad de Smith, Ricardo, Marx, Engels, Locke, Hobbes, Maquiavelo, y Rousseau, incidieron en el éxito de las revoluciones? ¿Cuántos mas colombianos Gaitanes, Galanes, Pizarros, Gómez Hurtados y Correa D’andreis deben morir para que podamos entenderlo?

 

 

 

      Ir a  Ediciones anteriores

 

Suscríbete a publiensayos

Actualizado el: 26 de noviembre de 2005

Revista Publiensayos copyright © 2002-2005. DERECHOS RESERVADOS. Diseño del logotipo: ARTE DIGITAL.

Se observa mejor con I.E. 5.0 de resoluciones 800X600. Escríbale al WEBMASTER