Diciembre de 2002 - Año No. 1 - Edición No. 2 |
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POLÍTICA
COLOMBIA UNIDA: UNA OBLIGACIÓN
Nicolás
Guillot
No
es ninguna novedad reconocer que nuestro país se encuentra en medio del
caos en cuanto a seguridad y violencia se refiere, pero si lo es que tal
vez, por primera vez, debamos olvidar Partidos políticos, diferencias
ideológicas, odios innecesarios entre otros.
Lo
que está en juego es un país entero, el bienestar de una sociedad como
la colombiana que no tiene nada que envidiarle a otra en cuanto a
potencial se refiere, y la felicidad de su gente.
Somos
42 000 000 de colombianos los que deseamos convivir sin ver sangre
derramarse cotidianamente; somos la mayoría, y no compartimos la opción
de la muerte que unos cuantos miles nos están imponiendo, asesinando
indiscriminadamente en todo el territorio nacional.
Es
por ello que creo que la unión de todos los colombianos es una obligación
hoy en día.
No
se trata de responder con la misma cara de la moneda, la de la
intolerancia, sino con la otra, la de la vida.
Para
ello, es indispensable que cada colombiano exprese su indignación
cuando cualquier compatriota sea la víctima de los intolerantes. Pienso
que la bandera de Colombia debería ondear permanentemente en cada hogar
de nuestro país; pienso también que banderas blancas, símbolo de
pacifismo, deberían hacerlo igualmente; considero para terminar, que
marchas pacíficas y en silencio, en las cuales participarían unidos el
abogado, el político, el indigente, el chofer, entre otros, deberían
generalizarse.
Todo
esto constituiría una lección, un mensaje contundente para los
intolerantes: no compartimos su inhumanidad....
Finalmente,
es obvio que la inhumanidad no es solo muerte física, es también esa
muerte en vida, el secuestro, tal vez peor que la física, que se ha ido
banalizando en nuestra guerra.
Rodear
a aquellos que están privados de su libertad, independientemente de su
estatus, es nuestro deber, solicitar todos los días su liberación, es
nuestra misión. Ingrid Betancourt libre!!!
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