Abril de 2005 - Año no. 3 - Edición no. 13

 

 

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CIUDAD OCULTA

 

LOS LOCOS DE BARRANQUILLA. Quiénes son? y cuáles son?.

 

 

Ángela Jiménez Castaño

Trabajadora social

 

Parece que no tienen nombre, parece que no tienen familia, parece que no fueran de este mundo, pero es solo un parecer, por sus vestimentas, sus desnudeces, sus miradas pérdidas, sus quehaceres, y muchas cosas más.

Analizándolos bien en muchos de ellos aun quedan las huellas de otras épocas, algunos aún se les ve muy en el fondo la clase. Y, ¿qué es la clase? Pues se les nota a flor de piel su categoría, su estrato social, su pasado, como cuando decimos, -y ese niño(a) era de buena familia- eso es lo común.

Barranquilla esta llena de estos personajes, de locos y locas, de locos callejeros, de locos cuerdos, de los que se las tiran de locos, de locos de todo tipo; pero me quiero referir a esos, a los de la calle no a los otros, sino a los que deambulan por todos los sectores de la ciudad y que así como aparecen desaparecen, o los “desaparecen” del paisaje, a veces desapercibidos para muchos, y otras no tanto, pues en algunos casos llegan a ser parte de esa comunidad donde se asientan, emprendiendo con ellas unas relaciones de ayuda mutua, pues a ellos se les da un plato de comida o una muda de ropa y ellos nos regalan una sonrisa que nos llena el alma o nos reconforta con Dios por el viejo dicho quizás, de “haz el bien sin mirar a quien”, y nuestro espíritu se engrandece pues el que da recibe; eso reza el viejo refrán o dicho bíblico, no sé en que categoría ubicar esta frase ahora mismo, el caso es que los locos de Barranquilla si tienen nombre, familia, historia o sea que si son de este planeta y lo mas importante son de esta provincia.

Esta aclaración, siempre que toco el tema me gusta hacerla, pues la primera vez que me dio por investigar en este tema lo hice por comprobar una teoría. En el año 85 en una tertulia de la Universidad Simón Bolívar, de donde soy orgullosamente egresada, con varios amigos, sociólogos, psicólogos y trabajadoras sociales, se empezó a hablar de los problemas sociales que estaban afectando a esta bella ciudad, y uno de ellos salió al ruedo, la teoría de que los locos que deambulaban en Barranquilla, eran cachacos, que los traían en carros hasta el puente Pumarejo y allí los dejaban a su suerte llegando estos caminando hasta la ciudad y empezando a deambular por esta hasta hacerse parte de ella; también se manejaba la teoría de que los gamines eran de Bogotá y Medellín, y yo nunca estuve de acuerdo, tampoco con la de que la prostitutas eran de Manizales, Cali, Medellín o Pereira; no, nunca estuve, ni hoy lo estoy, con ninguna de estas teorías sociales, pues de hecho el estudiar estos fenómenos y observarlos además, modestia aparte -eso si, tengo a mi favor la oscultación, la curiosidad de todo lo que pasa a mi alrededor, como persona y como trabajadora social que soy-, lo que pasa es que acá en Barranquilla no quieren ver las cosas y por eso se inventan esas teorías. Los Barranquilleros no se han dado cuenta que la ciudad creció y con esto como las grandes capitales los problemas sociales también empiezan a crecer y aparecen los fenómenos que en otros tiempos fueron extraños en este espacio del país, éramos una ciudad sana, tranquila, pacifica no puede hoy decirse lo mismo y en esta parte si pido disculpas a todos los Barranquilleros con el amor que les tengo, el respeto que profeso por esta bella tierra que me lo ha dado todo, una familia, unos amigos, un espacio donde me siento como en el mío propio o mejor a veces, pues adoro el sol, el calor; el frió me deprime, me entonta, me congela, yo le agradezco todos los días a Dios haberme dado la oportunidad de casarme con un Costeño y a través de él llegar a esta tierra, creo que eso ha sido una de las tantas cosas buenas que me han pasado en mi vida, además de una gran cantidad de cosas bellas que me ha tocado vivir en el compartir con muchas personas por mis quehaceres y gustos; me gusta estar entre la gente, me gusta relacionarme de tú a tú con todos sin intereses particulares y mucho mas sin ninguna prevención. Me siento igual tomándome una cerveza en el Country Club, o sentada en una banca del mercado o una tienda de barrio, a mi me da lo mismo. No veo la diferencia, eso si, que esta cerveza este bien fría es lo único que exijo, y si es Club Colombia mejor.

Para hacer un poco de historia me voy a referir a la ya famosa loca Gloria que como la gran mayoría de los locos de esta ciudad murió sin pena ni Gloria atropellada por un vehículo en el centro de Barranquilla; sus últimos días los paso por el sector de progreso (carrera 41 entre calles 45 murillo y 34 paseo Bolívar), su fijación era perseguir a los hombres para agarrarles sus “partes nobles” a lo mejor su fijación o su problema psiquiátrico fue porque estos señores en sus días de lucidez no fueron con ella tan “nobles” como debieron ser. Al contrario a las mujeres las correteaba y les daba golpes, eso si, si se dejaban alcanzar.

En otra época de esta ciudad, estuvo el famoso loco Dugand, quien se sentaba en la puerta del Banco Dugand, de allí su nombre, y se creía el dueño y señor del banco que quedaba en la calle 35 San Blas, entre carreras 39 y 40 la paz. El loco Dugand desapareció casi al mismo tiempo que el banco.

Conocí al loco Colón en 1985, en la parte de atrás de la iglesia de San Nicolás; así le decían pues este toma su nombre por el sitio donde se ubicaba, y ese es un ritual de casi todos los locos callejeros, pues cuando estos pierden la razón y a su vez a su familia nadie te da información exacta de su procedencia; este loco llamado colon se ubicaba en el centro de la plaza de San Nicolás en el Monumento de Cristóbal Colón precisamente, hasta allí tuve el gusto de llegar a hablar con él. ¿De qué hablamos? De muchas cosas, me contó él, y me lo corroboró la gente con la que indagué, que en otros tiempos fue un eminente profesor de química de la Universidad del Atlántico, que se volvió loco de una pena de amor. ¿Será que el amor nos vuelve locos? Yo creo que no, nos pone tontos.

Y ya en esta época en pleno año 2005 tenemos unos cuantos loquitos que son conocidos por la mayoría de los Barranquilleros, por ejemplo esta bazuquito: este muchacho lo conocí hace unos 15 años cuando todavía era un niño, su madre cuidaba los carros en la tienda de la olímpica de la 84, y se venía desde su pieza en la zona cachacal con tres niños que tenia en ese momento, como eran pequeños ella los acurrucaba en un rincón en la noche y los cubría con cartones y ellos se quedaban allí juiciosos; ella era una mujer de baja estatura pero mas brava que quien sabe qué, allí empezó este niño a crecer y a volverse parte del paisaje del sector de la iglesia Torcoroma y Kokoriko; fue uno de los primeros gamincitos del sector, empezó consumiendo alcohol, luego se le vio consumiendo bóxer, esto era extraño para los transeúntes, pues en Barranquilla no se veía eso, solo lo veíamos en los informes de los noticieros de Medellín o Bogotá, allí eso si era común. Entonces este niño creció y se le salió de control a su madre que también con el tiempo dejo de cuidar carros allí y lo dejó, o más bien él se quedó y no se fue con ella, pues ya había entablado una relación de convivencia con ese entorno. Ya mas grandecito este muchacho se fue por el sector del Estadio de Fútbol Romelio Martínez donde se afianzó mas aún al vicio del consumo de bóxer a tal punto que su columna se desfiguro y se empezó a ver ya una insipiente joroba, allí en este sector se hizo al cariño de los músicos, los borrachos, las prostitutas y gamines del lugar llegando a ser en determinado momento un capo de capos, como entre ellos se hacen llamar por su jerarquía en el grupo. Mas adelante se cambia de sitio casi cada semana, demostrando este comportamiento su total estado de locura, pues en algún momento el loco de la calle crea un sentido de pertenencia al sitio donde se ubica permitiéndole esto la supervivencia y cuando se pierde de este lugar empieza a pasar trabajo y a padecer de hambre, acoso y maltrato, pues nadie quiere a un loco durmiendo en la acera de su casa. Hoy día, tabaquito ya esta totalmente deteriorado y loco debe tener entre 21 o 22 años, esta totalmente barbado y jorobado y hoy se encuentra en la calle 37 entre la cra 46 y la 50, calle que desemboca en la aduana, allí está hoy, quizás mañana pase por el sector y no lo vea, nada de extraño sería, y a quién le importa, un loco menos en la ciudad.

Y por último me quiero referir a ellas, a las damas de la locura; son bellas, sí, por el solo hecho de ser mujeres son bellas, ellas son: la chupi chupi, (YOMAIRA) que deambula por el sector del barrio el prado, y creo que deambula allí pues es su sector de origen, como lo decía al principio, aún se le nota a pesar de su demencia que no le hace mal a nadie, que fue una niña de clase; esta joven fue profesora de la facultad de química y farmacia de la Universidad del Atlántico, pero la droga la llevo a esto a la locura y a la calle, esta niña ha sido famosa en la ciudad así sea por su locura, pero todos y cada uno de nosotros estamos llamados a ser protagonistas en algún momento de nuestras vidas; ese día fue para la chupi chupi, el día que encontraron los locos y recicladores callejeros muertos en la Universidad Libre, aquel famoso episodio, que nos llenó de asombro y temor pues un crimen como lo fue ese era extraño que pasara en Barranquilla, tierra de paz. Ese día los periódicos reseñaron a la chupi chupi como muerta, pero para sorpresa de todos los que la hemos aprendido a apreciar, ella apareció a los días, como el ave fénix de sus cenizas. Nadie se imaginaba donde estaba solo apareció, y yo creo que ni ella misma hoy día sabe que a alguien le dolió.

La otra dama de la locura no sé su nombre pues siempre que hablo con ella me da uno diferente, es bella y ella lo sabe y es coqueta como cualquier mujer; su sitio preferido: las sillas de bellas artes sobre la carrera 53; allí se hace su spa ella misma, se maquilla, se cambia de ropa, su fijación son ponerse medias veladas y pantis de encajes y maquillarse, yo no soy ni psicóloga ni psiquiatra pero a lo mejor es una modelo o reina de belleza frustrada eso creo yo. Está loca, pero no por falta de autoestima, ella se quiere mucho.

A ella se le veía con su compañero otro loco, por la calle de atrás del Colegio Lourdes; eran la pareja ideal, se amaban sin importarles que la gente los viera, yo lo disfrutaba, me paraba en la esquina de la carrera 50 entre la calle 70 y 72 a verlos amándose, besándose, me extasiaba de ver tanto amor. Andaban con dos perros igual de locos a ellos, pues a estos le ponían pedazos de mantas y los perros no se las quitaban eso me sorprendía y me daba curiosidad observarlos a los cuatro, pero para mi sorpresa un día la empecé a ver sola por bellas artes, y me acerqué a preguntarle por su romeo, a lo que ella con su mirada triste me dijo que se lo habían quitado. Yo digo y no me da pena, que ella es mi amiga, cuando paso por donde ella le llevo comida, algo de plata, ropa, pero de la que a ella le gusta de encajes y muchos colores, gafas, maquillajes y perfumes; una amiga cercana, me dice burlándose de mi, cuando yo orgullosa la veo al pasar por la 53 y le digo: “mira allí va mi amiga la loca”, y esta me contesta, “ah si como tu vas a parar volviéndote loca…ya estas haciendo tu nuevo circulo de amistades”, uno nunca sabe? A lo mejor los locos son otros,

¿Usted que opina?

LA LOCURA ES LA QUE NOS HACE RAZONABLES.

angelajimenez2002@hotmail.com

 

 

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Actualizado el: 26 de noviembre de 2005

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