Diciembre de 2004 - Año no. 3 - Edición no. 12

 

 

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Glifosato Vs. Parques naturales
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POLÍTICA
¿El pueblo cubano está preparado para un cambio político?
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Globalización y neoliberalismo: señuelos de la modernidad para los países subdesarrollados.
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Contratos del comercio electrónico y teoría de conjuntos contractuales

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El Utilitarismo, una incoherencia a medias
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CIUDAD OCULTA

 

EL CENTRO DE BARRANQUILLA

 

 

Ángela Jiménez Castaño

Trabajadora social

 

Tengo recuerdos de infancia, por allá en Medellín en la década de los años 60, cuando siendo una niña escuchaba a mis tías que apenas me llevaban 7 y 8 años cada una y éramos amigas de juegos de infancia, Luz Nelly y Marta Elena, decir -chao amá-, -no nos demoramos-, y mi abuela Berta las miraba con rigidez y les decía -¿se puede saber para donde van las señoritas?- A lo que ellas muy emperifolladas y oliendo a desodorante Lander y a polvo facial Coqueta, decían –ay, ya venimos vamos a ‘juniniar’.

Y es que para Medellín Junín es lo que para Barranquilla es el Paseo Bolívar. O más conocido como el Camellón Abello. Lo que no sé, es como diríamos acá en Barranquilla si fuésemos a pasear por este, será... Vamos a paseo boliviar?

Bueno como se diga no importa, lo que yo quiero resaltar con esta nota es que muy pronto podremos volver a repetir esa agradable experiencia de pasear por el Paseo Bolívar no únicamente para ir a Miami, o al Shoping Center a comprar ropa barata y mercancía de importación, que es una buena alternativa y nos brinda una gran variedad, o a la Alcaldía a reclamar o a llegar a unos acuerdos de pago de los impuestos que todos los años nos llegan mas caros y no nos alcanza el dinero. O cuando nos toca llegar a Paseo Bolívar con La paz (carrera 40) a buscar los repuestos para el abanico Sanyo, la licuadora Osterizer, o el caucho o la válvula para la olla a presión Imuza, o llegar a Paseo Bolívar con la carrera 41 (Progreso), del costado frente a la Iglesia de San Nicolás a comprar los libros de segunda, las flores artificiales para el cementerio o para arreglar los floreros de la casa, o los utensilios de cocina modernos y tradicionales que solo allí se consiguen, pues por muy moderno y variado que sea el surtido del Vivero Buenavista, Sao 93 o de la 53 con 46, Homemart, Carulla, o el próximo a abrir sus puertas Carrefur, allí no vamos a encontrar la caldereta para calentar las arepas, ni el embudito para reenvasar el aceite en frascos pequeños y así rendirlo mas, el cepillo para descamar los bocachicos y las mojarras en temporada de Semana Santa, y mucho menos el chocorito para calentar achote y echarle color a los espaguetis y a los guisos, y la olla de peltre para hervir el agua, y el molinillo de madera y alambre para batir el chocolate, y el mortero para machacar el ajo, y poder llegar donde el hierbatero al costado de la Iglesia de San Nicolás frente al edificio del mismo nombre “Paseo Bolívar”, que nos vende todo para la gripa de los pelaos, la sinusitis, el remedio para los entuertos de las recién paridas, la rasquiña o jasa jasa, el menjurje para acabar con los piojos que los pelaos traen de el colegio.

Y hasta el frasquito de queréme para los y las que todavía creen que por allí es la cosa ¿o no?

Para dicha de todos los barranquilleros, primero que todo, y los que habitan esta bella y acogedora tierra, cachacos, paisas, bumangueses, caleños, chocoanos, pastusos, opitas, llaneros, costeños en general y extranjeros, pronto podremos volver a caminar de la mano de nuestros hijos, novios, esposos, amigos, amantes, compañeros o en compañía de quien queramos en plan de caminata, de paseo dominical o sabatino, o cualquier día de la semana por la tarde o por la mañana, pues esos son los vientos que se ven venir con los nuevos proyectos de desarrollo que se están generando en el centro de Barranquilla y que se reflejan de primero en el Camellón Abello o Paseo Bolívar.
 

El Parque Cultural del Caribe, obra auspiciada por el Ministerio de Cultura y por el Gobierno Nacional y Departamental y que camina viento en popa le dará una reactivación enorme a este deprimido sector; será como una bocanada de aire fresco, de esos que se sienten en Barranquilla cuando llegan los vientos alisios, y nos van anunciando a su vez que nos preparemos pues se avecinan los carnavales, y esos vientos todos los recibimos con ansiedad y satisfacción, y eso es lo que traerán estos proyectos a la ciudad, satisfacción, desarrollo y progreso, muestra de esto es la avalancha de almacenes y comercios que se han abierto a lo largo y ancho del Paseo Bolívar con la gran expectativa de la reactivación que traerá al sector todos los planes que a largo, mediano y corto plazo se están gestando.

Para empezar, el centro comercial que queda en el antiguo edificio de la Federación de Cafeteros esta cogiendo fuerza y hoy día es visitado por propios y extraños, y allí encontramos almacenes especializados en todo para celulares, alimentos, licores cigarrillos y mercancía en general.

Mas adelante en la intercepción que se hace de Paseo Bolívar con la carrera 45 (Líbano), al costado del viejo y destartalado edificio de la caja agraria, encontramos el Centro Comercial El Rió. Un viejo y abandonado edificio que llegó a ser guarida de maleantes y drogadictos cuando llegó a su estado máximo de deterioro y abandono, a medida que este sector se deprimió, pero que en sus mejores tiempos fue un reconocido almacén de la ciudad, allí funcionaba Peláez Hermanos, almacén especialista en repuestos y llantas para carros y cuya razón social aun hoy existe pero ya en otros sitios de Barranquilla y cada uno administrado por alguno de los hijos del que fue pionero en esta línea de almacenes en la ciudad. Si mal no recuerdo el señor Peláez era paisa que se quedó en Barranquilla con todos sus hijos, haciendo real la frase de que Barranquilla se parece a una casa de empeño, ¿por qué? Porque el que se queda seis meses, no se vuelve a ir. Y eso precisamente me paso a mí y a muchas personas que hoy la habitamos y la queremos como nuestra.

Pero hoy el Centro Comercial El Rió, es un faro que ilumina el camino para otros optimistas, gracias a la confianza de algunos inversionistas que creen en Barranquilla y le apuestan que con optimismo y positivismo sí se puede y hoy este centro comercial refleja de a poquito lo que va a llegar a ser el Centro de Barranquilla, cuando además de los comerciantes cachacos y algunos costeños, y la comunidad en general empecemos a creer en nuestra ciudad y en su recuperación desde todo punto de vista.

El Centro Comercial El Rió está de cara a la Calle 34 Paseo Bolívar, entre la carrera 45 Líbano, y 45 B que es la prolongación de Paseo Bolívar y además está con un frente también para la calle 30 frente al caño, que hoy también tiene otra cara, allí se ven almacenes de ropa, zapatos y variedad de productos nacionales y americanos que nada tienen que envidiarle en surtido, calidad y atención a los almacenes del norte de la ciudad, esto invita a visitar el sector y a ayudar con nuestra presencia a la reactivación de esta zona comercial y tradicional de la ciudad.

Yo me transporto a todo lo largo y ancho del Paseo Bolívar y me imagino en un futuro cercano este paseo con la carrera 38 hasta la carrera 39, exhibiendo la gran variedad de muebles tubulares la cual se ha apropiado de casi esa cuadra volviéndolos especialistas en el ramo.

Ojalá volvamos a ver la antigua Galería Real atiborrada de mercancías y de compradores como en otras épocas por allá entre los años 80 y 90, donde por tradición se volvió costumbre comprar allí los ajuares para bebe, pues allí habían almacenes especializados en lencería y artículos nacionales e importados para niños, allí se compraban las ollas para los teteros, los esterilizadores, y todo en pañalería, los famosos pañales kiuiriti ,los teteros gerber, los entretenedores, los rasca encías, los cascabeles, los móviles para las cunas, y muchas cosas mas… esto tiene que volver a florecer, con la confianza de los comerciantes y sobre todo de las personas que lleguemos hasta allí a comprar con toda confianza.

También está el centro comercial de la calle 34 con carrera 40 (La Paz), Multitiendas que en sus mejores tiempos se especializó en la venta de abanicos de todas las marcas y electrodomésticos, y en la época de diciembre vendía todas las bicicletas y patines que el niño dios dejaba a los niños de esta soñadora ciudad donde hoy afortunadamente muchos aun creen que el niño dios trae los regalos.

Si la inocencia no se perdiera, fuéramos más felices.

Compitiendo este centro comercial a la par con el Almacén Arbar especializado en bicicletas y Ciclo Martínez, que bueno volver a ver este espectáculo.

Bueno y así como el Paseo Bolívar para empezar, yo espero que todo el Centro de Barranquilla desde la calle 45 murillo hasta la calle 30 (calle de las vacas), y de la carrera 38 (avenida de los estudiantes), hasta la avenida Olaya herrera (carrera 46), un día muy cercano, sea para uso y disfrute de todos los barranquilleros y todos los que de alguna manera amamos y nos beneficiamos de esta bella ciudad eso espero yo y me imagino que usted: señor(a) lector(a). También anhela volver a ver.

Lo invito a que se exprese por el bien de Barranquilla y de los que aun la queremos y creemos en ella.

angelajimenez2002@hotmail.com

 

 

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Actualizado el: 26 de noviembre de 2005

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